“Hay millones de personas que suspiran por la inmortalidad ,
cuando no saben que hacer una tarde lluviosa de domingo"
Susan Ertz
Cuantas veces clamamos por tiempo disponible para satisfacer
anhelos postergados, o simplemente tiempo para descansar; finalmente cuando
este tiempo llega nos cuesta apoderarnos de él, nos desorienta, nos genera una
sensación de vacío y hasta nos angustia.
Muchas veces, el tiempo libre se convierte en la hora de la
verdad poniendo al desnudo nuestros conflictos, dejando al descubierto mucho
más de lo que estamos dispuestos a aceptar, nos obliga a reflexionar sobre
nuestras contradicciones, desenmascara aquellos deseos relegados al baúl de las
esperanzas frustradas, aquellas asignaturas pendientes; por lo que sin darnos
cuenta preferimos estar ocupados para no pensar. Ante esto, hay quienes optan
por seguir trabajando de alguna u otra manera; otros deciden tomarse el tiempo
libre, pero con una agenda de actividades recreativas tan apretada como
agotadora.
La febril actividad diaria se convierte en un hábito, hasta
en algunos en una adicción. La sociedad, la educación nos fueron trasmitiendo
la idea que el tiempo no utilizado en una actividad laboral, en algo que no
rinda beneficio económico es tiempo perdido.
Por más que esto en los últimos tiempos haya cambiado,
valorándose más el ocio y que conscientemente deseemos ansiosamente vacaciones;
las creencias negativas ya fueron internalizadas en nuestra infancia y apenas
decidimos tomarnos un descanso, comienza a aparecer en nuestro interior la
culpa, arruinándonos el momento.
Debemos trabajar permanentemente nuestro yo interior para
lograr serenidad, también liberarnos del sentimiento de culpa; el descanso es
necesarios para mantener tanto nuestra salud física como mental.
Entendimos que nuestros aparatos tecnológicos necesitan
cargarse de energía para poder funcionar, pero nos cuesta entender que los
seres humanos también necesitamos “cargar las pilas”, renovar nuestra energía
conectándonos con la naturaleza de la que somos parte, con el mundo que
construimos, con nuestras relaciones y por supuesto con nosotros mismos.
El tiempo libre es tiempo para disfrutar, permitámonos
vivirlo plenamente.
Psicóloga :Nancy B Puzzi,
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