“La felicidad será constante cuando aprendas a disfrutar de
cada momento de tu vida “
Anónimo
El mundo actual cada vez nos exige correr más. Nuestro
presente practicamente pasa desapercibido bajo el cúmulo de actividades,
estamos viviendo permanentemente para un futuro. Debemos bajar ese ritmo
apresurado, hacer un alto en el camino; concentrarnos en el presente, sentir
cada instante, disfrutar de los pequeños placeres cotidianos.
Hagamos una pausa destinemos un rato a solas con nosotros
mismos, para conocernos, para escuchar nuestra voz interior, identificar
nuestros deseos, aquello que nos gusta , que nos provoca placer. Aprendamos a
disfrutar de nuestra compañía. Pero también destinemos tiempo para las personas
que queremos, momentos que sean un verdadero encuentro con la pareja, la
familia, los amigos.
La naturaleza puede ser una fiesta para nuestros sentidos.
Dejemos que los colores se apoderen de nosotros, que las fragancias de las
flores nos envuelvan, que llegue hasta nosotros el murmullo del viento entre
las hojas, el canto de los pájaros .No perdamos la capacidad de asombro, no
dejemos que toda esa maravilla pase desapercibida.
La comida es una fuente importante de placer, pese a ello,
mucho se fantaseó con una pastilla que la reemplace. Si bien por suerte no
hemos llegado a estos extremos, muchas veces comemos mientras leemos,
estudiamos, trabajamos, manejamos; sin casi registrar lo que estamos comiendo,
ni hablemos de disfrutar de lo que comemos. Tenemos que volver a sentir el
placer de saborear una comida bien preparada, en una mesa compartida; cuando es
posible entregarnos a una larga sobremesa y por qué no, una cena romántica bajo
las estrellas.
Podemos encontrar placer en algún tipo de expresión
artística ya sea como protagonista o espectador El arte es un lenguaje que
modela nuestros sentidos, despierta nuestra sensibilidad, enriquece nuestra
vida.
Tomémonos un respiro para sumergirnos en la lectura, mirar
una película, olvidémonos de nuestras preocupaciones por un rato, dejándonos
transportar a cualquier tiempo y lugar que nos proponga la ficción.
El juego no debe quedar relegado a la infancia, siempre debe
estar presente en nuestra vida. Relajémonos, no juguemos con la mente en
cualquier parte y la mirada permanentemente en el reloj. Disfrutemos del
momento, demos rienda suelta a nuestro niño interior.
El humor distiende las relaciones, nos relaja, nos hace
sentir más optimista, nos permite encontrar el lado positivo de las cosas;
dejémoslo fluir.
Hagamos un alto en el camino para apreciar una hermosa noche
de verano, el sonido de la lluvia, el sol en el horizonte, el jardín en
primavera, un paseo en pareja, una taza de chocolate junto a la chimenea, la
risa de nuestros niños, la mirada juguetona de nuestra mascota. Cosas simples,
pero que nos revitalizan, nos llenan de energía, nos dan el combustible para
seguir el camino hacia la concreción de nuestros proyectos, de nuestros sueños.
La felicidad es ese camino, un camino que debemos disfrutar con nuestros cincos
sentidos .Disfrutemos cada día como si fuera el último de nuestra vida.
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