Distintas investigaciones, entre ellas una de la Escuela de Música Berklee, han concluido que la terapia con música puede generar ciertos efectos positivos en el cuerpo, tales como: Desacelerar el proceso de respiración. Una respiración lenta contribuye al control de las emociones y a la relajación Controlar la presión arterial. La música lenta y a poco volumen puede ayudar a que se sincronicen las pulsaciones con el propio ritmo, provocando la relajación corporal.
Liberar las tensiones musculares. La música suave y con ritmo pausado ayuda a mantenerse relajado, ya que las tensiones se liberan gracias a la vibración musical. Controlar la temperatura corporal.
La música estridente (chillóna, discordante, retumbante) suele aumentar la temperatura mientras que la música lenta la disminuye. Producir endorfinas.
Una buena sesión de Musicoterapia produce el desarrollo de las endorfinas, más conocidas como los sedantes naturales que genera el propio cerebro.
Ese estado de bienestar general suelen aumentar el sistema inmunológico y actuar como analgésico natural para el dolor.
Lucia Alegre
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